miércoles, 28 de agosto de 2013

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El telescopio Spitzer cumple diez años escrutando el espacio.

El telescopio de la NASA Spitzer cumplió este mes su primera década en órbita, tiempo en el que no ha parado de enviar imágenes de cometas, galaxias lejanas, planetas, asteroides  y estrellas.

Spitzer es  el cuarto de los cuatro grandes telescopios puestos en órbita por la NASA para escrutar el universo. Hace 10 años, un cohete Delta II lanzó al espacio este telescopio desde Cabo Cañaveral, en Florida, y desde entonces ha logrado numerosos descubrimientos. Uno de ellos fue el de unas esferas de carbono con forma de pelotas de fútbol en el espacio, a las que se llamó buckyballs.  

La visión infrarroja del Spitzer le ha permitido  ver la parte más lejana, fría y polvorienta del universo.  Según la NASA, el telescopio fue usado para estudiar el cometa Tempel 1, que fue visitado por una sonda en 2005.

También sorprendió al mundo al descubrir el anillo más grande de Saturno, compuesto por hielo y partículas de polvo, que hasta entonces no había podido ser observado al ser casi invisible a la luz. Sin embargo, sus detectores infrarrojos  permitieron recoger una imagen nítida.

El Spitzer ha logrado los avances más relevantes fuera del Sistema Solar, ofreciendo, por ejemplo, un censo completo de la formación de estrellas en las nubes cercanas y mejorado el mapa de la estructura espiral del brazo de la Vía Láctea.

Fue el primero en detectar luz de un planeta ubicado  fuera del sistema solar. Este  descubrimiento ni  siquiera formaba parte de su misión original y  la NASA espera que sirva para revolucionar el estudio de las atmósferas que existen en  estos exoplanetas.

En colaboración con el telescopio espacial Hubble descubrió que las galaxias más lejanas conocidas hasta ahora son más viejas, y con más masa de lo que se creía.

Originalmente llamado Estación Espacial de Telescopio Infrarrojo, el Spitzer cambió de nombre  en honor al astrónomo Lyman Spitzer, considerado el padre de los telescopios espaciales.

Lyman Spitzer comenzó su campaña en 1940 para enviar telescopios al espacio, y evitar así cualquier efecto perjudicial para la visión causado por la atmósfera terrestre.

Sus esfuerzos condujeron hasta el programa de la NASA para enviar cuatro telescopios al espacio, cada uno de ellos preparado para cubrir distintas longitudes de onda: el Hubble, el Spitzer, el Observatorio Chandra de rayos X y el Obsertaorio Compton de rayos gamma, el único que ya no funciona.

El Spitzer comienza su segunda década de vida con el objetivo de continuar explorando el cosmos cercano y lejano. Además se sumará a los recursos destinados por la agencia para una de sus misiones más ambiciosas a corto plazo: visitar un asteroide en 2025.

El telescopio será uno de los instrumentos usados por la NASA para la observación de un pequeño asteroide llamado 2009 DB que acometerá en octubre. Su objetivo es  determinar su tamaño y características. Este estudio  servirá de utilidad en la futura misión de la NASA para capturar y acercar un asteroide a la Tierra. (EP-El Mundo)

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